A menudo, una idea de negocio puede no cristalizar debido a problemas como la falta de planificación, la incertidumbre respecto al futuro y la solvencia de la empresa o la falta de respuesta a preguntas imprescindibles para avanzar.
La solución a este problema es establecer un buen plan de negocio que comprenda una serie de pasos concretos. Así, la idea de negocio tomará forma y se convertirá en un proyecto definido y estructurado.
En este artículo, desde Nopal te contamos cuáles son los principales pasos que debes llevar a cabo para elaborar un buen plan de negocio.
¿Cuál es tu propuesta de valor?
La razón inicial de la existencia de un negocio es la identificación de un problema o necesidad que tienen muchas personas y la propuesta de una solución a cambio de una compensación económica.
Por tanto, las tres preguntas clave que hay que hacerse en este primer punto son:
- ¿Qué problema resuelve o qué necesidad satisface tu producto o servicio?
- ¿Cuál es la solución que ofrece?
- ¿Cómo se transforma en una idea de negocio?
¿Quiénes son tus clientes?
Los clientes potenciales son las personas que están dispuestas a pagarte por la solución que les ofreces. Son un grupo de personas con unas características específicas que conviene conocer.
- En primer lugar, define las características demográficas de tu público objetivo: edad, ubicación, sexo, estado civil o familiar, ocupación, nivel de ingresos, nivel educativo, etc.
- En segundo lugar, define los datos psicográficos: actitudes, valores, intereses, estilo de vida, comportamiento, etc.
Es posible que en esta fase aún no dispongas de todos los datos para completar con exactitud las características de tu cliente objetivo, pero puedes anotar lo que sepas por el momento e ir modificándolo más adelante.
¿Quiénes son tus competidores?
No es suficiente con conocer las necesidades de nuestros clientes, sino que el reto consiste en satisfacer dichas necesidades mejor que nuestros competidores. Comprobar quiénes son nuestros competidores, qué hacen y en qué dirección van es extremadamente importante.
Además, saber en qué estado se encuentran las empresas que te preceden en el mercado, cómo han llegado hasta allí, qué obstáculos han encontrado y qué éxitos han conseguido, te ayudará a evaluar qué es bueno aplicar en tu negocio, a reducir los riesgos y a ahorrar tiempo y dinero.
¿Qué recursos necesitas?
Imagina que hoy es tu primer día de trabajo. Escribe todo lo que realmente necesitas para probar tu idea de negocio en su forma más básica. No te limites solo a los recursos financieros, incluye también los recursos físicos, humanos e intelectuales.
Los recursos de un proyecto incluyen todo lo necesario para su puesta en práctica, como por ejemplo:
- Equipos y materiales de trabajo.
- Conocimientos y experiencia.
- Software.
- Permisos y licencias.
- Material promocional y medios de comunicación y marketing.
- Colaboradores o socios comerciales.
Plan financiero
Esta es la parte del plan de negocio que podría determinar si tu proyecto es viable o no. Es la fase que genera más resistencia porque, por lo general, son necesarios ciertos recursos financieros para iniciar un negocio. No obstante, el objetivo de esta sección es establecer las necesidades financieras de la empresa y establecer si es realmente viable.
En general, tienes que estar preparado para un saldo negativo durante un periodo inicial de al menos entre 1 y 6 meses, pero podría ser incluso más largo. Hay muchos factores que pueden afectar a esta duración, como el tipo y la complejidad del negocio, el ciclo de ventas y el flujo de pagos.
Evalúa el tiempo necesario para alcanzar el punto de equilibrio y los recursos económicos con los que puedes contar hasta que empieces a generar beneficios.
A la hora de hacer tus previsiones, el consejo general es mantener un nivel de ingresos más bajo y un nivel de gastos más alto, y considerar siempre plazos más largos para alcanzar tus objetivos.
Ya que este punto es uno de los más importantes de tu plan de negocio, es conveniente que contrates a un consultor externo que te ayude a garantizar que el plan financiero es lo más ajustado y realista posible.
Plan de marketing
En este punto, se establecerán las formas de hacer visible tu negocio y que tus potenciales clientes sepan que existes.
Las estrategias de marketing y ventas que deberás adoptar variarán en función de tu mercado objetivo. Decide también qué canales de promoción quieres utilizar: haz una lista de potenciales clientes y contacta con ellos por teléfono, redes sociales, correo electrónico, relaciones públicas, eventos, etc.
Con los canales directos, los márgenes de beneficio son mayores, pero el coste de implantación y gestión puede ser más elevado.
El truco consiste en encontrar el punto de equilibrio entre los distintos tipos de canales para integrarlos de forma orquestada y maximizar los ingresos al tiempo que se garantiza una buena experiencia al cliente.
Plan de acción
Ahora tienes que identificar las métricas de los KPI (indicadores clave de rendimiento), los objetivos y las actividades clave para tu negocio. Los objetivos no deben ser todos financieros, sino también relacionados con el cliente, la mejora de los procesos, la formación y el crecimiento.
Las cifras que indiques serán el criterio utilizado para medir la eficacia de tu estrategia y la calidad de tus resultados, así como para tomar las medidas de optimización adecuadas.
En definitiva, un plan de empresa es la concreción de tu idea de negocio. Te ayudará a mantener la claridad, la concentración y el compromiso en las actividades que determinarán el éxito de tu marca.